Testimonios de embajadores

LP 2 Sin títuloEl pasado mes de abril, algunos de los Embajadores de JustWorld viajaron a Guatemala para visitar Los Patojos. Todos los participantes en el viaje hicieron una pausa en su vida cotidiana para ir a ver exactamente en qué se había convertido todo su duro trabajo, tiempo y esfuerzo. Con la ayuda de JustWorld y sus Embajadores, se construyó una nueva escuela para que los niños aprendan habilidades que van desde las matemáticas y la ciencia hasta el respeto y la innovación, lo que ayudará a cambiar su futuro.LP Sin título"Los niños de aquí se ven obligados a crecer en un entorno muy duro, lleno de violencia... Yo quería darles un presente mejor para que tuvieran un futuro mejor", dijo Juan Pablo Romero Fuentes, fundador de la escuela. Estaba claro que Juan Pablo y todo el personal de Los Patojos estaban haciendo todo lo posible para lograr este objetivo. Los Embajadores escucharon lo que Juan Pablo decía y vieron de primera mano los cambios que se estaban haciendo para conseguirlo. Sophie Simpson, una de las embajadoras del viaje, explicó: "Era la segunda vez que visitaba y pasaba tiempo en Los Patojos. Al principio me sentí abrumada por la alegría y la emoción de ver a los niños. Fue increíble ver la nueva escuela que se ha construido; los progresos que se han hecho son realmente fantásticos. Me quedé extasiada al ver que estos niños tienen ahora aún más recursos y más espacio, para que les lleguen aún más cosas buenas".LP 1 Sin títuloDurante el viaje al colegio se hicieron nuevos amigos y se compartieron momentos especiales. "En Los Patojos, el primer día que estuvimos haciendo actividades con los niños, había un chico que me había pedido jugar al baloncesto. Pero no había cancha ni balón con el que jugar, ¡él se había hecho el suyo propio con arcilla! Jugamos al minibasket con piezas hechas a mano por él mismo. Era ingenioso y creativo, y en vez de enfadarse por no tener lo que quería, ¡se puso manos a la obra y fabricó algo igual de chulo!", dijo Andre Mershad. A los niños de Los Patojos se les enseña que ser positivo e imaginativo sólo puede conducir a la grandeza. En Guatemala no todos los niños reciben recursos, pero con un poco de esfuerzo estos niños encuentran la manera de conseguir lo que necesitan de forma segura y creativa.Los Patojos hace todo lo que puede para inspirar el lado creativo de los niños a través del arte, la música y la danza. Tatianna Verswyvel explicó: "¡Las clases de baile y la fiesta en el nuevo auditorio fueron lo mejor del viaje! Las sonrisas y carcajadas que compartimos surgieron de algo tan natural como la música y el baile". Juan Pablo ha inculcado la idea de que el arte es una forma segura y no violenta de expresarse. Kira Kerkorian recibió una obra de arte que era una forma de gratitud. "Llevé a Los Patojos una actividad para hacer pulseras de cuentas y todos los niños cogieron inmediatamente un puñado de cuentas e hicieron algo para sí mismos. Pero hubo un niño que se tomó su tiempo para buscar las cuentas, una a una, recogiendo los montones. Cuando terminó de hacer su pulsera, se acercó y me la dio".Las personas que los Embajadores conocieron en este viaje empezaron como extraños y se transformaron en amigos en una semana. Desde los niños de Los Patojos, pasando por el personal, hasta los compañeros de los Embajadores internacionales, los grupos de personas se fueron uniendo. Geoffrey Hesslink hizo al instante una nueva amiga, Inés Minondo, Embajadora de Guatemala. "Fue increíble que nuestros mundos chocaran. Conocer a un compañero Embajador de otra edad, de otro país y que habla otro idioma, pero tener una conexión instantánea por un interés compartido, fue lo mejor". Ty Simpson tuvo un sentimiento similar hacia el embajador guatemalteco Sebastien Cheves: "¡Sébastien era genial! Fue estupendo tenerle cerca e hizo todas las actividades conmigo".Todas las amistades que se hicieron y los momentos que se compartieron se dieron entre personas de diferentes lugares, experiencias únicas y diversas visiones del mundo. Sin embargo, Juan Pablo arrojó luz y les recordó constantemente que todos somos personas, que todos estamos conectados y que todos somos especiales y merecemos respeto y oportunidades. "Es importante pensar como Juan Pablo", dice Mitch Endicott, "tenemos que asumir nuestra responsabilidad y actuar para hacer más por las personas que no pueden ayudarse a sí mismas". Tatianna añade: "Juan Pablo es alguien a quien realmente admiro. Es tan desinteresado que me hace querer hacer más, trabajar más duro y mejorar mi contribución a Los Patojos. Estoy deseando volver después de otro año de recaudación de fondos y ver cuánto han progresado la escuela y los niños".

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