El grupo de flauta de Compartir visita el Salón del Caballo
Por: Embajadoras Nadja Rajan & Isabella MaradiagaEl fin de semana pasado en Honduras, tuvimos una competencia de salto. Fue encantador y lleno de gente dispuesta a aprender más sobre el deporte y nuestra familia ecuestre, lo que siempre es un plus para nosotros por aquí. La competencia fue importante, como siempre, pero ésta fue nuestra última práctica antes de ir a Guatemala a participar en El Cortijo. Como resultado, pudimos sentir la tensión atlética del público y de los propios jinetes. En general, ha sido un excelente inicio de año para los pilotos hondureños y para todos los que se han tomado el tiempo de ayudarnos, pero la mejor sorpresa del fin de semana fue la visita de los niños de la Asociación Compartir que nos apoyaron el sábado. Cuando llegaron, los resultados de mi categoría iban a ser anunciados poco después de bajarme de mi caballo, Macarena. Nos hicimos unas fotos y ellos admiraron a Macarena mientras esperábamos.Una vez que me llamaron al podio, me vitorearon como nadie lo había hecho antes, y no pude sentirme más agradecida de haberlos conocido por apoyarme tanto, aunque supieran muy poco de mí. Los llevé a los establos a ver los caballos y los caballos apreciaron su presencia mientras los alimentaban con golosinas.También tocaron la flauta dulce para nosotros y apreciamos mucho su visita. También recaudamos Lps. 3,940 de una venta de pasteles y una competencia de salto sin caballos. La biblioteca móvil llega a más de 5.000 niños y jóvenes en la capital de Honduras. Cada semana, se desplaza a escuelas, bibliotecas, centros comunitarios y espacios abiertos para organizar actividades educativas. Además, también ofrece talleres como el de flauta travesera, banda, percusión, guitarra, pintura, danza folclórica y teatro. Muchos de los niños a los que llega la biblioteca móvil no tienen la oportunidad de ir a la escuela porque no pueden permitirse comprar los uniformes, libros y material escolar necesarios para asistir a las escuelas públicas locales o viven demasiado lejos para llegar a ellas. Este programa de divulgación es su única fuente de educación y, en el caso de las comunidades a las que ni siquiera puede llegar el camión debido a la existencia de carreteras sin asfaltar en lugares remotos, los voluntarios hacen la caminata a pie para llegar hasta ellas con mochilas llenas de libros. Cuando oyes a los niños venir corriendo y cantando, entusiasmados y dispuestos a aprender a leer y a trabajar juntos, te dan ganas de asegurarte de que la biblioteca móvil pueda seguir haciendo su trabajo.Gracias a Nadja Rajan, Isabella Maradiaga, Gabriela Maradiaga y a todos los embajadores y simpatizantes de Honduras y de todo el mundo que apoyan la biblioteca móvil.