Del establo a mar abierto
ARTÍCULO DE JUSTWORLD PUBLICADO PARA FEI.ORG
Conozca a Kay Victoria Neatham, una amazona inglesa afincada en Alemania.
Con una amplia experiencia como jefa de cuadra, Kay ha trabajado más de 20 años en el deporte del salto y ha participado en cuatro Juegos Olímpicos, los Juegos Panamericanos, innumerables viajes a las finales de la Copa del Mundo y casi todos los concursos de Europa.
El deporte ecuestre enseñó a Kay muchas lecciones, entre ellas el poder del trabajo duro, la dedicación y el trabajo en equipo.
Todas estas lecciones la prepararon para cuando decidió superarse a sí misma participando en la regata oceánica Clipper Round the World, una carrera de 40.000 millas náuticas alrededor del mundo en un yate de regatas oceánicas de 70 pies. La impresionante hazaña era algo más que una competición: se trataba de recaudar fondos para programas educativos destinados a niños de todo el mundo.
Como embajador de la organización sin ánimo de lucro JustWorld InternationalKay actúa como portavoz de los niños que viven en comunidades con pocos recursos en todo el mundo. Kay conoció JustWorld a través de su amigo Sam Lam, uno de los miles de jinetes embajadores internacionales de la organización.
"Decidí utilizar la Clipper Race como plataforma para concienciar y recaudar fondos para los niños a los que JustWorld presta servicio".
Kay compartió el viaje previo a la carrera a través de concursos hípicos y redes sociales, mostrando su pasión por ayudar a los programas de JustWorld.
"Todas las noches veía un vídeo del equipo de JustWorld y fotos de los estudiantes de los proyectos. Me hacía sonreír y eso me animaba y motivaba para seguir adelante."
Aprovechar todas las oportunidades
A Kay le encantaba estar cerca del establo desde los ocho años y aprovechaba cualquier oportunidad para aprender y hacer preguntas.
"Me uní al South Norfolk Pony Club a los 14 años y seguí un curso de gestión de establos con Charlotte "Tiggy" Heal.
"Tuve la suerte de poder montar sus caballos y recibir clases de ella para mejorar mis habilidades tanto en la monta como en la gestión de cuadras. Gané mi primer trofeo de mozo de cuadra en el National Side Saddle Show de 1992 y gané el de mozo de cuadra del año, a partir de ahí seguí aprendiendo todo lo posible de los expertos jinetes con los que trabajaba. Nunca quise dejar de aprender".
Kay, que lleva nueve años trabajando para Marcus Ehning como Jefa de Cuadras, explica que le encanta estar entre bastidores y esforzarse día y noche para trabajar en equipo y alcanzar los objetivos fijados.
Zarpar
En 2018, decidió tomarse un año sabático y emprender por fin su objetivo de dar la vuelta al mundo a vela. Kay, que ya navegaba de niña, explicó que esta carrera extrema, que podría esperarse que fuera el dominio de profesionales experimentados, la emprenden personas normales y corrientes, no marineros profesionales.
Tras completar un riguroso curso de formación, los participantes se equipan con los últimos equipos de protección extrema antes de emprender la carrera de sus vidas.
Durante su viaje, Kay encontró muchas similitudes con el deporte ecuestre. Con intensos meses de entrenamiento que comenzaron en Inglaterra, Kay fue uno de los dieciocho tripulantes que se unieron a una flota en Australia desde donde partió hacia China y luego cruzó el Pacífico hasta Seattle.
"En el barco, tu seguridad depende de que trabajes en equipo, igual que en las competiciones ecuestres. Esto significa trabajar con diferentes tipos de personas y personalidades, tener paciencia, empatía y una gran voluntad para superar juntos los obstáculos. Si algo va mal, puede ser una persona en particular la que te salve la vida".
Kay explicó: " Ya conocía mis propios límites por haber montado a caballo y haber estado rodeada de caballos. Físicamente, el mayor reto de la carrera fue no dormir mucho y enfrentarse a los elementos fríos y húmedos. Al igual que con la equitación, también hubo retos mentales.
"En una parte de la regata, cuando mi barco iba bastante bien, nos encontramos con un gran obstáculo: no había viento. Tuvimos que quedarnos parados dos días, dejando que otros barcos nos alcanzaran. Fue muy doloroso porque trabajamos muy duro, pero al final tuvimos que seguir adelante".
Un cambio positivo
La mayor motivación de esta extraordinaria aventura fue el hecho de que Kay se propusiera dar a niños de todo el mundo los recursos y el valor necesarios para seguir sus propias pasiones y superarse a sí mismos, como había hecho ella.
"Me impresionó el trabajo que hace JustWorld para proporcionar una educación de calidad a jóvenes desfavorecidos que no tienen acceso a las herramientas adecuadas para aprender. Crecí amando los libros y teniendo la posibilidad de descubrir cosas nuevas. Creo que todos los niños deberían poder entrar en una biblioteca, pasear por las distintas secciones, coger cualquier libro y, a través de las páginas que tienen ante sí, empezar a soñar."
Después de estar tres meses en el océano, Kay dijo que lo volvería a hacer todo de nuevo. "Espero que al completar este viaje haya podido plantar semillas para los niños de los programas JustWorld, dándoles la oportunidad de ser o hacer cualquier cosa que se propongan".
Kay ha seguido apoyando a JustWorld a través de diversas iniciativas. Recientemente, Kay formó parte de un sindicato de 32 donantes de 14 países llamado "Círculo de Amistad JustWorld", que regaló una escultura ecuestre única a la FEI para conmemorar la asociación entre ambas organizaciones.
Una parte importante de la recaudación de la subasta, en la que se adquirió la escultura del caballo, se donó para apoyar los programas de educación y nutrición de JustWorld. Kay se sintió honrada de formar parte de una comunidad internacional de ecuestres que allana el camino para el cambio global y está deseando seguir trabajando juntos.