"No me rindo fácilmente. Ya sea en competición, entrenando a un caballo, formando a estudiantes o intentando alcanzar cualquier meta que me proponga. Sólo me rendiría en circunstancias extremas", afirma Laura Kraut.

Así que probablemente sea fácil ver cómo esta tenacidad se tradujo en medallas de oro olímpicas, una medalla de plata en los FEI World Equestrian Games™, victorias en la FEI Nations Cup™ e innumerables primeros puestos en Grandes Premios.

Como primicia de esta serie de entrevistas a amazonas excepcionales, tuvimos la suerte de sentarnos con Laura Kraut y conocer a la saltadora de obstáculos estadounidense fuera de los arreos; cómo su pasión por la equitación ha influido en su vida como madre, compañera y artífice del cambio mundial.

"Al crecer no había nada que no se pudiera hacer", responde Laura cuando se le pregunta qué impulsa su éxito.

"Ya fuera en el colegio o montando a caballo, o incluso limpiando la casa: si teníamos algo que hacer, lo hacíamos y punto", añadió.

Esa pasión y persistencia se inculcaron muy pronto en las vidas de Laura y Mary Elizabeth Kent. 

Y hoy, las hermanas siguen trabajando juntas con éxito gracias a esas cualidades.

Un equipo muy unido

"¡Ella lo dirige todo!" dice Laura sobre trabajar más de treinta años con su hermana. "Básicamente soy una chica y un caballo y ya está. Nunca podría haber conseguido lo que he hecho sin el equipo que tengo".

No duda en atribuir a su unido equipo el buen funcionamiento de su establo, desde el entrenamiento y cuidado diario de los caballos hasta la gestión de los empleados, ya estén en casa o de viaje,

"Me ayudan a centrarme en lo que hago. He tenido y sigo teniendo algunas de las mejores personas que hacen un trabajo fantástico y son tan dedicadas. Sin ellos, no tengo nada".

Y luego está Nick Skelton, compañero de Laura y miembro de la realeza británica del salto de obstáculos.

"Creo que lo mejor de nuestro deporte y, probablemente, de cualquier profesión, negocio, deporte o lo que sea, es adquirir conocimientos de otras personas, y Nick es una riqueza de conocimientos y sigo aprendiendo de él todos los días", añade Laura.

Pilotar codo con codo, a veces compitiendo unos contra otros, ha planteado su diversión y sus retos, pero como equipo han mantenido su compromiso a pesar de las victorias y las derrotas.

"Realmente le daría crédito a Nick por mantener una competición tan sana. Ahora está retirado, pero cuando competíamos constantemente el uno contra el otro, los dos estábamos en el ring con el objetivo de ganar.

"Pero, si él no ganaba, o si yo no ganaba, nunca había ningún regodeo ni ningún puchero: era el tipo de persona que salía del ring si había ganado o incluso si no había ganado, y 10 minutos después estaba con el siguiente. 

"Nos divertíamos y bromeábamos entre nosotros, pero siempre era una competencia sana".

"Creo que a veces se puede exagerar estudiando y pensando en tus éxitos y fracasos, y creo que Nick dio muy buen ejemplo de cómo aceptar los resultados y superarlos positivamente".

Laura descubrió que el equilibrio entre el trabajo duro y el éxito y la necesidad de un equipo igual de apasionado y solidario repercutía en su vida más allá del establo.

Fue la madre de su hijo Bobby y, naturalmente, le prestó el mismo apoyo a lo largo de su carrera deportiva y académica.

"Cuando tenía seis o siete años, le dije: escucha, vas a aprender a leer, vas a aprender a hacer cuentas y vas a aprender a escribir, y vas a aprender a montar a caballo porque eso es lo que hace tu familia".

Gracias a este contacto tan positivo con el deporte, se aficionó a la equitación y empezó a participar en competiciones en su adolescencia.

"Siempre le gustó, pero nunca fue realmente su pasión y muy pronto tuvimos una conversación sincera y le dejé claro que si eso no era lo que quería hacer, que estaba bien y que nunca sería un problema".

Con esta perspectiva realista y su apoyo incondicional, Bobby siguió montando a caballo hasta que asistió al Boston College.

"Se ha especializado en cine y ha encontrado su pasión. Le apasiona tanto como a mí los caballos. Estoy muy, muy orgulloso de él".

Esta misma conciencia y naturaleza generosa encontraron rápidamente su lugar marcando la diferencia en el mundo a través de la organización benéfica sin ánimo de lucro JustWord International.

La misión: unir al mundo ecuestre para ayudar a romper el ciclo de la pobreza infantil en todo el mundo. 

Laura se convirtió en embajadora de JustWorld hace 17 años, cuando otra amazona, Jessica Newman, le presentó el concepto.

"Para mí, ayudar a los niños a tener una vida mejor es increíblemente importante. No se puede poner un valor monetario a lo que JustWorld ha hecho. Miles de niños han recibido comidas sanas, acceso a profesores, escuelas, libros y mucho más."

Y no es de extrañar que quienes rodeaban a Laura apoyaran igualmente la labor humanitaria que realizaba, al tiempo que la sensibilización por la causa y el apoyo a la caridad se convertían en un asunto familiar.

"Vi de primera mano el impacto de participar en JustWorld a través de mi hijo Bobby. Era joven cuando empezó a colaborar como voluntario en la recaudación de fondos y los eventos. Fue muy bueno para él adquirir experiencia y ver el valor de las obras de caridad. Creo que retribuir siempre formará parte de él".

A lo largo de los años, Laura y Nick han dedicado gran parte de su tiempo y talento a ayudar a dar a conocer la labor que JustWorld lleva a cabo en todo el mundo.

" Creo que somos muy afortunados por tener lo que tenemos -tener caballos, viajar y hacer lo que nos gusta-, pero hay muchas cosas de nuestro deporte por las que podemos dejarnos llevar.

"Cuando te tomas un minuto para darte cuenta de que hay tanta gente en este mundo que lucha por salir adelante, y de que hay organizaciones como JustWorld que facilitan el acceso a la ayuda a estas personas, a estos niños, es una tontería pensar en tu última ronda o en si necesitas un caballo nuevo.

"Creo que retribuir es una gran salida para nosotros como pilotos".